viernes, 8 de octubre de 2010
Entrevistando mi corazón
- ¿Que te ocurre?
- ¿Me estás preguntando a mi?
- Sí
- Me sorprende...nunca te habías dirigido a mí anteriormente
en forma tan directa. ¿Que es lo que te ocurre a ti?
- Me preocupa escuchar tus latidos tan débiles.
- Ahh...es eso!...bien...intentaré explicarme...mmmm... Aunque
deberías saber que tú eres el responsable de lo que ocurre
en mí.
- Precisamente de ahí viene mi preocupación...siento que debo
hacer algo si se llegara a presentar algún problema en tu interior.
- Creo que hay cosas que aún no comprendes... todo lo que percibes
diariamente con tus sentidos llega directamente a mí para ser
trasformado en sentimientos.
Tu mente me auxilia para decidir finalmente si el resultado serán
sentimientos malos o sentimientos buenos. Te confieso que a veces
tu mente y yo entramos en polémica al tomar decisiones para determinar
el tipo de sentimientos que daré por resultado.
- Veo que tus funciones son muy importantes para mí bienestar; dependiendo
de ese resultado yo me sentiré bien o mal.
- Así es... y tú no puedes influir en mi proceso interno; una vez que soy
alimentado por el producto de tus sentidos y de tu mente, no puedes
hacer nada para cambiar el resultado
.
- Entiendo... sería imposible intervenir en ese proceso interno, pero si puedo
decidir sobre el tipo de estímulos que puedo darle a mis sentidos... y puedo
también encauzar mi mente hacia una manera positiva de ver las cosas.
- Eso es exactamente lo que quería que entendieras... ahora tendrás tú misma
la respuesta a lo que me ocurre.
- Sigo sin entender... tus latidos débiles...
- Mira... a veces te enfrascas en el producto sin analizar las causas.
¿No te das cuenta de lo que hiciste?
Hiciste uso de tus sentidos... tus ojos se abrierón para ver la belleza...
Tus oídos han escuchado una voz que te estremece con su armonía...
Tu mente me ordenó de inmediato utilizar toda mi energía... todos mis recursos
para producir el sentimiento más grande de amor que me fuera posible.
- ¿Te resististe a obedecer?
- ¡Que cosas se te ocurren!... ¿Como resistirme después de haberme alimentado de
sentimientos tan bellos?... Tú te encargaste primeramente de recolectar lo más
bello que pueden percibir tus sentidos. De esa manera, aún suponiendo que tu mente
hubiera querido gobernar sobre mi decisión, de ninguna manera la hubiera tomado
en cuenta.
- ¿Acaso no puede más la razón que el corazón?
- En algunos casos sí... pero en este caso en particular, tu mente llevaba la de perder
en el supuesto de que hubiera decidido lo contrario... sin embargo, estuvimos de acuerdo
en todo momento.
- ¿Pero por qué los latidos sin fuerza?... ¿Acaso no es motivo para latir con más energía?
- Debes tener en cuenta que desde el momento en que di toda mi energía para producir
el sentimiento de amor, ya no te pertenezco al cien por cien... es decir, me compartiste
con él... Él posee la otra mitad. Pero en sí, lo que hizo notorio la debilidad de mis latidos
fue la despedida.
- Es cierto... en ese momento diste como resultado un sentimiento de angustia... de inmediato
lo noté.
- Sabes como remediar eso... ayúdame y ayúdate a ti misma; no tardes en volver junto a él.
- Así lo haré... lo prometo... regresaré muy pronto para nunca más despedirnos.
Gracias por responder a mis dudas... y hasta pronto.
...Miyu.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Seguidores
Con la tecnología de Blogger.
0 comentarios:
Publicar un comentario