Era una noche fría de invierno junto a la gran chimenea que desprendía
chispitas que iluminaban la estancia, impreznando de olor a leña quemada
todo el ambiente, mis abuelos, mi madre y mis dos tios estaban contándose
que tal les había ido el día, todas las noches hacían lo mismo, junto a esa
chimenea que hacía del lugar un sitio agradable y cálido, era un ritual.
Mi abuelo y uno de mis tios (el mayor) eran mineros en las minas de
Almadén, un pueblito de Ciudad Real, era un trabajo duro el suyo.
Mi abuela y mi madre que por entonces contaba con unos 20 años de
edad se dedicaban a las labores del hogar y a la limpieza y cuidado de
los animales que poseían en las cuadras.
Mi abuela en ese momento les contaba una anécdota que le había ocurrido
ese mismo día ( que ya me gustaría a mi recordar, pero mi memoria nunca
fue buena ) ;cuando de pronto mi madre empezó a decir: Tia Gertrudis!
Todos miraron hacía donde se dirigían los ojos de mi madre, al no ver nada
todos atónitos la miraron, ella les miró y les dijo: ¿no véis a la Tia?
Al decirle que no, mi madre se dirigío hacía el lugar donde la había visto,
que no era otro que en la habitacíon de mis tios, encendierón el candil y
nada, no había nadie ...
Como mi madre insistía en que la había visto, mi abuela se acostó con ella
un rato, pero al irse empezaron a escucharse unos ruiditos, mi madre agudizó
el oído y sentía un frío enorme, la cama crujió... ella no se había movido...
Ella no quería mirar... pero cuando la acariciaron el cabello y la mejilla, no pudo
evitar dar un grito y un salto y salir corriendo a oscuras hacía la habitación de
mis abuelos... todos despiertos de nuevo, mi madre temblando les contó, mi abuelo
para que pudieran descansar, decidió dejar que mi madre se acostase con mi abuela,
una vez todos de nuevo en la cama, cuando empezaron a conciliar el sueño de nuevo...
Mi madre de nuevo diciendo que la "Tia Gertrudis" estaba allí, sobre las 3 de la
madrugada les fueron avisar de la muerte de la Tia Gertrudis.
Mi madre me explicó que ella era la preferida de esta tia, que había permanecido
solterona y era de posición acomodada y que ésta le había dicho miles de veces
que todo lo que le pertenecía sería para mi madre cuando ella faltase, pero la tia
Gertrudis murió sin testamentos, sin nada de nada y nada le quedó a mi madre.
Desde esa noche... mi madre veía a la Tia Gertrudis día sí, día también...
Mi abuela que tenía una "Fe" enorme en las ánimas del pulgatorio, le dijo:
- Hija creo que deberíamos rezarle y perdonar a la Tia por no cumplir su palabra,
para que pueda descansar en paz.
Así fue como mi bendita madre empezó a rezar todas las noches porque el Alma
de su tia descansase y no se torturase por algo que prometió y no cumplió, a los
diez días de rezos y velas, la vió allí delante y esta vez le dijo:
- ¡Gracias hija por concederme tu perdón, por fin podré descansar!
Con las mismas desapareció... para nunca más aparecer.
Así como hizo mi abuela con mi madre, ella lo hizo conmigo, quitarme ese miedo
irracional respecto a ellas y aprender a quererlas y respetarlas.
....Miyu.
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